En la producción de Oscar Aguirre Comendador hallamos un lenguaje formal con visible influencia minimal en su factura.

La obra de Ruslán Torres parece una experiencia marcada y abierta en nuestra invisible levedad de ser.

En las obras de Jorge Luis Marrero encontramos dibujos infantiles cargados de inteligencia, ironía y mucho sarcasmo.

Orestes Hernández adivina la fuerza de los clásicos, y en un nuevo giro recurre a los padres de la Pintura Moderna.

El arte de Jorge Mata, proviene de su experiencia cubana, pero se ha visto obligado a crecer en un paisaje personal.

Lo visual de los trabajos me permite indagar en las diferentes formas narrativas, logrando una visualidad aparentemente ingenua.

La pintura es un punto de encuentro, un acto, un suceso, un espacio físico y sensorial que logra condensar por la fuerza.

Para Pavel Acosta su campo visual está definido por paisajes humanos que producen “niveles de información».

En sus grabados como en sus pinturas, Lozano apela al ademán expresionista, reverenciando un arte moderno.

El trabajo de Osvaldo es un ejercicio de collage cubista, montaje dadaísta e incluso expresionismo abstracto.

El mundo es observado por Michel Pérez ‘Pollo’ desde una perspectiva lúdica, la cual nos plantea algunas interrogantes.